Estaba escuchando Zoé, no recuerdo cuando fue la ultima vez que lo escuché tan seguido y con tanto sentimiento y melancolía. Me vino un recuerdo de esos tiempos.
Cursaba el tercero de secundaria, en todos lados estaba el movimiento emo, una época de muchas banda mexicanas que si bien no eran del género fueron adoptadas. En ese tiempo estaba entrando en una nueva secundaria, en la anterior había conocido a un tipo que ya ganaba buen dinero y se podía dar el lujo de comprarse cosas chidas por ejemplo mi anhelado iPod, por cuestiones de la vida el men me ofreció el iPod y mejor aún en pagos, hablé con mi mamá y le pedí mucho que me apoyara con 500 pesos y yo ponía el resto en pagos como habíamos quedado, para ese momento trabajaba en un taller mecánico de ayudante, me pagaban una miseria pero aprendía algo. Mi madre con mucho esfuerzo me dio el dinero, se hizo el trato y aún tengo claro el recuerdo, fui al cyber café, baje el iTunes, el ares y llené el iPod a como pude, ese día no dormí, me quede ahí con el aparato pegado, en la escuela me sentía en los cielos y es que llegar con una de estas cosas ya era otro nivel. El gusto duró poco, porque el tipo se arrepintió porque otra persona le iba a pagar lo del iPod de golpe y no en pagos como yo, así que el tipo llego a mi casa aún recuerdo que fue saliendo de la secundaria, sin más me arrebató mi pequeño espacio de felicidad.
Me sentía humillado, que iban a decir de mi, tendría que volver a escuchar música en la radio y es que ese entonces lo único que teníamos era una tele que también era radio, era blanco y negro, claramente recuerdo que tenía forma de balón de fútbol, tipo de esas que tienen los tipos que venden hamburguesas en la calle o bueno en ese tiempo así era. Tiempo después volví a tener otro incluso más chidito que ame y cuide hasta que tuve que empeñarlo jajaja.
Dejo la pieza que inspiró esta entrada.
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