Hay días en que me desmorono
como la sombra de una viuda arruinada.
Vivo el peligro de morderme las encías,
de recordar que sólo soy un malherido.
Y ¿saben?, cómo deseo un cigarro
que se consuma en diez años,
beberme mi vida a sorbitos
como si fuera una cuba.
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